Conversando Con Gilda "2009" Ediccion Completa


Para: Gilda M. Nuñez Figueredo

“Como no podría volver a este mundo ambiguo de la poesía y luego de dos años y medio sin vomitar palabra alguna sobre un papiro.
Pero como arte de la propia naturaleza, consumido por la angustia de inspiración, surgieron estas poesías gracias a una musa de mucha lumbre.
A esta musa que me embriago con su belleza y gracia, van este puñado de tinta. Para esa dama que me mostró su ser en su amplitud.
Para esa dama que me dejo reposar mis poemas en sus manos, para la que me robo sonrisas y esperanzas.
Para la dama con mirada atrayente y de fina estampa, que me cubrió con sus brazos de algodón. Para esa dama que en aquella noche me regalo de marzo me obsequio su compasión.”

José Gómez



Bajo el sol que me apuñala. Bajo tu risa de enamorada, conjugo los sentimientos de un perdón inexistente. No sé que dejarte en tus manos. No sé si este sentimiento nos habla a ambos no sé como fui un necio al caer en tu gracia.

Surge en ti una esperanza sin motivo. Surgen en ti, besos apasionados sin significado alguno. Surge en ti, ideas y futuros de un pasado caducado. Surge en ti, ese amor hacia un corazón que no tiene sentido alguno, ni gracia de ser. Y surge en mi, esto de lo cual tan solo tú sabes sentir.

Como en una hoguera encendida tus besos acarician el propio cielo, ese grito de pasión que lastima al silencio. Como deseando despertar mi alma muerta, como queriendo darme tu alegría ante tanta confusión. Ese lamento de tu corazón bajo las estrellas, y estando yo aquí, muerto. Me das tus manos para seguir a lado de tu vivir.

No soy la cura de tus penas. Ni la droga que endulza tus sueños. No soy ni siquiera, por lo que más quieras el día de tus alegrías.

Reposan en la cama gemidos de pasión. Aromas de cuerpos adosados. Charlas que no se agotan a la saliva de uno. Sueños extraños que deslumbran a nuestras mentes. En la cama, tan sólo reposa la rutina del fracaso del amor.

Como en el tiempo desganado por tu ausencia. La lluvia tan sólo se lleva las lágrimas. El viento tan sólo me han secado los besos en mis labios que me habían dejado. Pero al llegar la noche, miro al cielo, en mis ideas yo te invento.

Bajo las tres ideas que son de tu ser, tan solo sé que tú me das

Amor…romance.., alegría

No deseo tus lágrimas sobre mi hombro. No deseo verte angustiada bajo el silencio. No deseo tener que lidiar con tu indiferencia, que expones como un muro. No deseo descansar entre tus brazos inundados de arenas por el viento. No deseo hacerte sufrir bajo este sentimiento

Bajo desaforadas risas te encontré. Aquella noche fuimos uno, como la brisa que ahuyenta a tu cabellera. Como los suspiros que arrancaste de mi ser sin sentido alguno. Aquella noche.

En la aurora de mi vida y de mis pasiones. Veo cosas que no concuerdan en mí ser. De una tormenta de conflictos, no entiendo mi destino. No sé cómo decirte lo mucho que te extraño. Cada mes es diferente, como los cielos del año. Cada penumbra es desafiante como nuestra vida misma. Eres un deseo hecho realidad. Cada golpe es la misma, cada llanto un herida entreabierta. Cada alegría una ráfaga de anhelos. No veo más razón para seguir, ni motivo alguno para rendir. Pero lo que veo es ti (¿), algunas noches son para ti alegría como para mí,

Y terminamos bajo la mirada de la luna, mientras te impregno un beso.

Déjame tomar tus manos y cuidar de ti. Déjame susurrarte a los oídos palabras sencillas. Déjame observar tus ojos en la noche estrellada. Déjame darte un dulce beso. Déjame sentirte de que estoy a tu lado, como te lo habría jurado.

Bajo el atardecer anaranjado. Donde tu risa contagia a mis labios. Dejas caer de tu atuendo de seda, permitiendo al viento que te cubra con su manto tu entidad. Y que el atardecer te bajo con su luz, mientras mi ausencia consumida por las noches, que se juega la vida en los discursos de estas palabras, cual dicen basta de disparos por tu amor.

Sé que aun no conoces mi palpitar. Sé que yo no soy lo que deseas en mí. Sé que aun llevo tus caricias guardadas en mis manos. Sé que aun es muy sublime decirte que te amo, sé que amarte en mi silencio es mi razón de existir.

Quisiera dormir entre tus brazos, mirarte de nuevos a los ojos y perderme en tus pensamientos. Quisiera plasmar estas palabras sobre tu cuerpo. Con la sabia de mis palabras, tomo tal impulso para amarte en mí silencio, en el espacio de la vida demorada, de la gracia de tu encantamiento. Ya quisiera yo, ser ese susto provocativo que te deja decir te amo.

Tú, que pones vida al margen del abismo. Tú, que cuando lloras, no dejas que la brisa seque tu llanto. Tú, que has dejado de besar los antiguos labios corrompidos de sed. Tú, a quien se le da la dicha de seguir amando, aun cuando las flores están marchitas.

Mientras tu piel descansa huellas y senderos de caricias, yo me hundo en el sueño, con el abrigo de tu sonrisa.

Quisiera ser aquel que roba el gemido de tu boca. La frecuencia modulada de tus sueños. El sótano de recuerdos olvidados. Tu tarde sentimental, el cursi llanto de amor tuyo. Pero como ni siquiera existo en tus pensamientos. Me resigno a ser el fantoche de tu destino.

En tus manos reflejo ataduras del silencio de las caricias. En tus labios, la angustia de desafiar a un mar de besos, de un no te quiero querer. Guardas mas, en tu cuerpo, en tus ojos, en tu piel desgastada, en tu cama, en tus recuerdos, en la oficina, en tu futuro, y en este se que te ha comenzado a amar en tu alegría.

Un café ardiendo, el tono carmín de tus labios en mi mejilla. Un corazón pidiendo a gritos regocijo. La cama vacía, el pasado riendo en tu cara. Y yo orando para algún día alcanzar a besar tus labios.

Aquí están todos, mis pasiones, sentimientos, resignación, tu y mas de una poesía, y la conclusión de lo extraño de todo esto.

Mis palabras…

El mañana es un anteayer pequeño, perseguido por un niño de píes descalzo, sintiendo la arena como yo el sentimiento por ti. Las noches de insomnio son una vela nocturna. Como aquella noche de otoño donde me había cansado de esperar la lumbre de un amanecer junto a ti. Otoño es el comienzo de estos pedazos de letras. Otoño es el mes donde me abrigaste bajo un cielo de betúnNo busco cobijas del cielo. Ni sueños que se esfuman con la vida. Y si la lástima se refleja en mi rostro, con la sobra de este sentimiento me perdura para poder amar. Yo era…el silencio con zumbido, el gris lamento de un sofá abandonado. El corazón cansado de latir a tu lado sin que tú sepas dar un sublime cariño.

Las hojas no cesan de caer. La brisa fría que golpea mi cuerpo. El trinar de la aves que conjugan con el silencio. Me abrigas despacio, tiemblo ante tu ausencia. Mis pupilas que se dilatan en llanto. La simbiosis de los cuerpos abandonados, el éxodo de los besos, y aun en la distancia, te siento a mi lado.

Yo quisiera ser aquel perturbador de tus noches sin abrigo. El agua cero que abriga a tener frío. La rosa marchita florecida en el estío. La nube blanca que se impone ante tus ojos. Desearía ser todo ese aquél último momento.



Dejemos de lado todo este revestimiento. Dejemos alegre al viento. Que la luna nos observe tirados en la tierra. Que le mar nos llene su aroma. Que exista un final sin comienzo. Que la pasión tan sólo quede en este tiempo.



Que exista la duda, el deseo, la gracia, los besos sin rencor, la pasión desenfrenada, las horas perdidas, tu aliento y gemido, las lágrimas de risa. Que existan las hormonas sin efecto, las estrellas en tu pecho, mi silencio, un vino de tu sangre, un te amo de tu boca, un suspiro mío, que exista.

Tus labios son la enfermedad de mi corazón. El licor de los comentarios de besos. El álgebra de tus palabras con resultado inexactos. Son como el retraso del olvido, son aquellos vasos rotos para después de un buen amor correspondido.

Los besos que me has dado no están en la lista de mis pecados. Como el relámpago que deshace la oscuridad de tu alcoba. Con la razón y el deseo a mi lado no hará que tú te creas Diosa. Sin embargo, te necesito a mi lado, y no te creas Diosa por suplicarte un poco de tu voluntad de brindarme amor a falta de pago.

Giro bajo tu centro, como si no existiera motivo para seguir vivo. Admiro junto a ti el cielo que se desvanece con los primeros rayos de lumbre. Ambos juntos de la mano, el sudor hecho sal y en mis labios de arena que con tus besos se transforman en azúcar.

Ya no siento mi píes en el suelo, ni tu aroma a mi lado, siento que tu alegría se desvanece. Mis pupilas ya no registran tu rostro, ni mi piel adosarse al tuyo. Yo no siento tu calor, tus regaños, ya no siento lo que antes sentía. Estoy dormido por dejar de sentir lo que antes sentía por ti.

Tan sólo fue en traspapelar papeles. Confundir la alegría con los deseos fue difundir un amor eterno. Mientras la rutina cumplía su trabajo. Aquellos besos regalados, suspiros. Discusiones sin mérito alguno. La doctrina del respeto de nunca acabar. La simple libertad de los deseos, el romanticismo sin amor alguno. El compromiso de las palabras sencillas, y una de amor sin espinas. El manual de los ejemplos de los demás, la conveniencia custodiada por el silencio de no saber cómo amar.



Tú eres aquella musa que me roba suspiros. Que me alegra la noche, y deposita en mi estómago una oleada de hormigueo. Te resumo, tú eres todo aquello que en mi sentir hace vivir.

Siento la sangre de tus venas. El grito de tu silencio por las noches. Siento que formas algunas pruebas de derecho en el juzgado de los deseos. Siento espacio y penumbra, bajo tu sencillez de niña dormida.

Tan sólo deseo crear un poema con lo que me queda en mis ojos. Una lágrima, un segundo, el cielo azul de tus sueños, a Tolstoi y Quiroga, a Neruda sin cartero, un anochecer sin estrellas, la oscuridad sin romance, una copa vacía. Una canción sin sentimiento, unos libros en blanco, y tú que eres la poesía mas hermosa del mundo.

Bajo el cielo claro de marzo creí haberte visto. Bajo los gemidos del viento, en la locura, la tortura tu gracia me dio una despedida. Y no me arrepiento de todo lo que te aparte de mí. En las huellas de tu querer sigo la locura de ese ocaso que nunca deja de dejarnos en su engaño, pero aun así conozco las huellas de salir a buscarte entre las vías de tu destino

Lloraré en mi silencio, en las habitaciones sin muro, lloraré bajo el fin del diluvio, caeré en las sombras de este mundo en que te nombra mis lágrimas. Lloraré sin pedirte cuidado de mi alma.

Me inclino ante tus ojos. El susurro de la brisa de tu mundo, pero estaba tan lejos de ese mundo en que yo soñada, en donde las palomas con sus alas cortaron mi sueño.

El amor que la vida te arrebató no concilia con la alegría de tu corazón, ni siquiera siente pena por ti, mas maldito fue el amanecer en descubrir tus lágrimas bajo su aurora. Y estás con tus manos vacías, cual se llegan a marchitar.

Yo desearía olvidar la pena de tu agonía, de la niña dormida, buscando otro camino, en donde tus pies cansados descansan, bajo la mirada de la luna, marcando en este mundo tu rumbo en la memoria de un anhelo de los milagros.

Bajo tus ojos duermen el clavel de la sonrisa dormida. Sin ti las palabras mías no valdrían nada, bajo la duda me juego con mi vida el alma de cual ya no me vale nada, me juego por lo que me había rebatado, por ti me juego.

Tú no alumbras nada más mi vida, eres la que ilumina mis angustias en retroceso, las que riega mis amarguras convirtiéndolas en jazmines, la que me cubre con su mirar mis pensamientos ilusos, y si... soy ese iluso que escribe en tu nombre bajo la luz de la luna.

En los prados del cielo te busque, bajo la Mirada de los astros me perdí, y los gritos de

Mi voz no alcanzó a saber más de ti. En la inmensidad de mis anhelos sufrí en tu querer,

Y vuelo en una nube gris en la cual tú me dejaste descansar antes de volver a dormir.

Un poema ha muerto, en las calles de sus palabras, bajo la tinta de los deseos dormidos.

Un poeta, bajo tus palabras se encuentra en la misericordia del alba. Un poema de amor sin delirio corre bajo la lumbre de la luna, buscándote para darte su mensaje. Un poema de amor

Te han escrito en el silencio de las cavernas del despojo.

Es verdad que las palomas adornan tu alegría, es verdad que la agonía de mi ser desaparece

en lo más oscuro de la vida. Es verdad que las palabras que fueron escritas en la arena las

olas se lo llevaron a su paso. Es verdad que la madre que está en tu ser lo guía el cielo

mientras juegas con las estrellas que bajan a tu lado. Es verdad que a mí el tiempo me puso

en otro lado. Es verdad que los atardeceres se llevan los años de mis pasos vacíos. Es verdad que eres madre, es verdad que aun sigo riendo a tu lado bajo la aurora de tu alegría.

Si la dicha que inunda tu camino, se confunde al observarme en la lluvia de enero.

Si es que algo del cielo te queda y no la puedes atajar, si es mejor tener las manos

vacías ante la misericordia de mi brevedad contundente. La vida que se anhela

en el aire, la luna que se me pierde en nuestros caminos, y en los campos de trigos

que tú estás en las coplas marcando mi rumbo

No sabría explicar a las flores el motivo de tanta alegría, no sabría explicar a la luna

que tu cielo es la que me inunda de estrellas. No sabría explicar al aroma del mar

que tu aroma se distingue ante la distancia. No sabría explicar al mundo que todo

este pedazo de paisaje con palabras tú las creas. Y no hay motivo alguno de

explicación para tal inspiración.

El frío no cesa, el cerezo tiñe tu atuendo; qué bello y placentero

es la caída del sol, qué bello y armonioso son las estrellas reflejadas

en tus ojos.

No existe en mi palabra la agonía de tenerte a mi lado, no existe en mis coplas imágenes de tu rostro, no existe en los senderos del alba una arruga reflejada en mi rostro. No existe motivo, y razón de llanto, tan sólo conviven en mis días, la angustia de haberte ver partir.




30/03/09


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