Morfina de mis Soledades
Morfina de mis Soledades.
Dedicado a Tamara Pedro.
Bajo sus ojos
se esconde la dulzura de los dioses, en sus brazos la ternura de los pétalos de
una rosa. No duda sus palabra en dar un cariño eterno para el alma. no duda en
sentir que la vida aun le devuelve el amor hacia su esencia. En tu mente existe
la duda de los besos, las caricias, de las noches con soledades acompañadas, de
una luna sin su lumbre.
En tu vida aun
existe en llanto de la angustia, del deseo que ver brillar en sol en tus ojos.
en tu mente están todos, pero queda aun la duda de amar bajo el silencio de la
soledad. No sabes a quien amar, no sabes que hacer ante tanto sufrimiento. No
quisiera ser aquel que viva en tus pensamiento, no quisiera ser aquel que
olvidas al cerrar tus ojos, no quiero ser aquel que no amas, bajo las dudas de
amar sin quedar con lo besos sin sal.
La brisa corre
sobre tu cuerpo, las hojas caen en tu camino, las lágrimas aun muestran sus
camino por tu rostro. En la llanura de tu cuerpo se hallan caricias que se han
secado, besos que ya no tienen pecado, en tu cuerpo tan solo existen caminos
que otros ya han realizado con sus manos. en tu cuerpo aun existe la duda de
saber quien te a amado.
No consigo entender la risa de tu corazón, no consigo entender que has
causado en mi ser para que este a tu lado. Aun cuando la soledad me cubra con
su velo, tu me llenas, me das lumbre ante tanto gris, bajo este cielo azul
imponente que se nos cruza frente a nuestros ojos
No
encuentro tus besos en mis labios, ni los rastros de la aurora de tu risa, este
final con dudas, estas caricias que desaparecen con el ayer. Quizás las paredes
hablen y crezcan con los gemidos impregnados en ellas. Y la silueta de tu
cuerpo quede en mi cama, como un estampa fina. Aun así corrimos ese riesgo de
seguir, aun así nos colgamos de nuestros deseos siendo ya nosotros mayor.
Bajo
en manto de tu cuerpo, corren las lágrimas de tu dolor, un atardecer sin sol,
hojas secas caen y ahuyentan la vacía habitación. Corro en busca de los mismos
labios en mis sueños, no soy tu dueño, ni quisiera serlo. Pero aquí sigo, como
una sombra sin alma recordando el despojos que dejaste en mí.
La
luna dejo de existir en mi ventana cuando partiste, sin embargo crecieron las
dudas, la pasión, el sudor de los cuerpos, los besos sin carmín, sin embargo
crecieron la nostalgia de seguir viviendo, descansar sobre tus pechos. Sin
embargo quedaron mis noches con cena para dos con una silla vacía.
¿Quien
tomara tus manos por las noche?, cuando el frio lastime tu cuerpo, y tus labios
olviden los detalles de cómo te
besaba con mi pasión. No
ganas nada con llorar y olvidarme, no gano gana con quedarme desnudo en la
cama, imaginando que amaneces a mi lado.
Ya
no deseo la alegría, la pasión y los recuerdos. Ya no deseo
amanecer llorando y querer amarte como hace cuatro años. Buscando tu
sonrisa me pierdo y caigo en sueño.
Pensando en tu amor eh intentar llegar a su fin. Lloro en mi silencio y guardo
los recuerdos despedazados en mi pecho.
La culpa es tuya, dejaste en mi la divinidad
de tu cuerpo, los gemidos, recuerdos imborrables, aunque otras manos recorran
por tu la llanura de tu espalda. Y sientas esas manos heladas que sin calor y
amor alguno. Sabras que no haz olvidado
lo que dejaste antes de partir.
Te quise olvidar cuando la luna dejo de
salir, te quise olvidar cuando aquel perro se encontraba ladrando a puertas
cerradas, te quise olvidar cuando tus besos dejaron de existir en mis mejillas,
te quise olvidar bajo el derroche de amor con otras musas, te quise olvidar y
ya te había olvidado, mientras tu seguís
pensando en mi.
La cocaína ni el
opio no me resultaron, no me imagino que más
podría dar
efecto para que se me vuelvan los recuerdos borrosos. Los rastros de tus uñas en mi pecho
aun me arden, como una quimera dejaste mi vida en la plenitud de tu bondad de
regalarme besos. Pero a la orilla de tus senos se encontraban mis caricias, secándose en las noches de frío.
Aparque mis manos en tu
cuerpo, llenando mis labios de besos, con el carmín encendido en tus labios. Muerto de sed seguí tus pasos hacia la habitación. No dormí por miedo a perder toda
esa ilusión que me reflejabas. No dormí a tu lado a pesar de que tú habías
tocado a mi puerta. No dormí ni siquiera cuando dijimos adiós una noche en que
las lágrimas reflejaban mi resignación.
¿Qué anticipo de primavera tare sus labios?, la
angustia que, fluye en las venas de uno. La soledad del corazón acompañada del
ruido del pensamiento. Un conjuro, que irradia esperanza, una lagrima que no
surca en momentos oportunos. Y la otra idea de amarte de vuelta en el silencio
del sueño sin mañana.
No consigo lidiar con
mi soledad. Ante ese valor de seguir sin mi guía. En la lumbre de mis ojos se
empañan mis esperanzas. En mi valija
levo los sueños vacios y en el corazón un arquetipo de ser. Sin merecer tu
bondad, el tiempo es una espada en contra de nuestra conciencia. El grito que
guardo es la ira de mis anhelos.
Las tormentas del
amor tocan por tu puerta, el silencio que se impregnan en tu pared. Tú observas
al cielo, sueltas los suspiros de una niña, intentas congeniar con tu propia
duda. Los puntos suspensivos de una carta quedan en el olvido, el amor ya no es
tu juez, en esta red palabras inciertas.
No te explicas las
palabras clavadas en tu corazón, no explicas la manera que el amor te
traiciono, no explicas la pasión por que se olvido de ti. No explicas por que
naufragas por las noches en nubes de papel. No explicas como dejaste los besos
sin amor bajo la duda de un te amo.
Tu manera de
comprometerte a los labios marchitados por el sol, mientras los modales
perdidos, la caricia cotidiana ya pasaron de ser sutiles, la brisa ya no
atemoriza a tu cuerpo, mientras la tormenta se aproxima a tu puerta. Tu manera
de amar ya no es un dilema que desata un huracán.
Por las ideas que me
fluyen en la mente, me encierro en las hogueras de su silencio, ni siquiera
deseo seguir despierto y aun así esta el brillo de su gesto en mi sueños de la
angustia de un grito, de una lluvia sin ganas y con cuerpos mojados en ruinas hacia
los hierros fundidos de mis ideas en la soledad de la oscuridad de mi angustias
y por mas de un idea sigo vivo, a sangre y martillo de los sueños de mis manos.
Como aquel niño que admira la vida en su silencio del bullicio de su corazón,
de vergüenza hecho lucero. Con risas de semillas vivas de alma corazón y pena.
Debo dejar de
insistir y quemar el cielo de mi vivir, dejar la pena y que muera de mi el sol
de todo aquel que he llegado a amar. No puedo seguir, siempre ella es de la historia, es la que da el cursi de mi vida, de este ser
de la nada. Nació en la tormenta de mis dudas y bajo el mantel de mis ansiedades.
Ella descubrió la guerra de la perdidas de la sangre y de el yoga sin
posiciones firmes de un karma sin definición alguna, o quien sabe... a alguien
semejante a ella, vaya...No soy mas que la nada.
En estas multitudes
de palabras que surgen del corazón de uno admiro la delicadeza de darme su
corazón que agita el fruto de las humildes palabras reflejadas en las llanuras
de sus ojos quemados por las cenizas de no haber hecho en esta vida lo
suficiente. Lo indiferente de todo esto es que esta suerte de la cual soy
participe, soy parte de lo monstruoso de la decadencia de mis propias palabras
sin las ideas de inspiración oportunas en mí mismo. Sin embargo esta guerra en
la cual soy presente, emergen nuevas visiones de crear un estilo de la misma
raíz pero con una fuente de inspiración de cultura diferente. Al más estilo
urbano de palabras cual hubiera en una canción, con metáforas que confunden a
las personas en algo que ni siquiera es obvio al afirmar tales dichos bajo la
tutela de la palabra de uno.
No duermo por la
angustia de su saber, imploro al cielo que la bendición caiga de nuevos en mis
manos pero, aun así desearía volver a borrar lo ya hecho...Con todo mi
desprecio que lo lleva el viento, tornando a lo lejos un suspiro sin darme
cuenta de mi llanto enfermo, de este sufrir sin merito alguno. Pues ahora bien,
aun siguen los cantos de las aves a mi alrededor, con un pañuelo blanco le digo
adiós, de este adiós de tanto querer,
sin saber el porque. No duermo, ni las ganas tengo, el frio golpea mi cuerpo,
no siento su helada brisa, el cielo se opone a mi deseo de ver las estrellas.
Mi te caliente calma mi cuerpo, su ausencia me crea dolor. Ya no tengo pintado
su rostro en mi corazón. Muchas dudas surgen en mi interior. Pero se que lo que
esbozare de nuevo tendrá mejor intento de atardecer romántico, con cielos
estrellados.
Su ausencia se ha
convertido como las noches sin luna, el teléfono ha dejado de vomitar su
llanto, a veces me toma la ansiedad y el
miedo.., pero el silencio acongojado me abraza y me hundo en angustias, de los últimos
versos que se me han ocurrido., al fin y al cabo tan solo son ilusiones puestas
al cielo que lo llevan el propio viento. Y a pesar de que me doy cuenta de la
ansiedad de terminar una ola de tristeza y llanto me llega al corazón. La muerte que es
mi compañera, me juega debes en cuando una risa morbosa de la vida. Pero aun
sigo mirando el cielo esperando ver en algún momento la lumbre de la luna.
Una tristeza inunda
mi corazón, aun la ansiedad esta de mi lado, es el fantasma que concurre a mi
llamado. Aun así, busco en el silencio la esperanza de seguir, trato de vivir y
ser libre como el viento, pero luego toda esa euforia se disipa al instante.
Las lágrimas de mis ojos claman salir al mundo, pero creo que aun no es el
momento, son las dos de la madrugada, un vaso de vino que se aleja de lo lleno
al vacio. Los sahumerios que destellan su lumbre de carmín a mi alrededor, y
aun sigo sin entender el milagro de tales palabras, tan solo se que debo
aceptarlo.
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Susana Rodrigues Tuegols