La Caida de los Dioses





Para  Diana V.

“Las llanuras del inframundo…queman tu piel. Quedándote quieta… Hades desciende a tu morada…
¿Y quien sabe si los dioses conspiran ante ti?

Sacudo tu cabellera…mientras te presiono, tu vientre junto al mio.
Acaricio tu cuello, sin pedir permiso…corro deprisa hacia tus bellos senos.
Como la lengua de serpiente sacio mi sed…desgastados.
“Ignorando tus deseos…ataco, mis mas impulsivos deseos...” mis labios que te arrebatan la oreja a besos…comprimiéndola con deseo.

“Cruzo sobre la embocadura de tus piernas…mientras tu vientre agitan olas de aliento.
Las yemas de mis dedos…comulgan tus anhelos”…con suavidad siento tu untuosidad, tibio…mientras dan giros…lentos…agitados…el fuerte sudor...llena nuestros cuerpos.

Te aferras a mi espalda.
Tu dulce voz…, llena de gritos la habitación.
No paras…  “el movimiento se convierten como las olas del mar…, constante ese ir y venir”.
Ya se siente la falta de aliento…el sodio desprendido de nuestros cuerpos…mas feromonas de tu ser.

Tu nívea nalga…mis manos clavadas en ella.
Siento tu dilatación como la explosión del propio cosmos.
Caes muerta ante mi hombro…tomando halito…tus ojos comienzan a dilatarse.
Ya tus piernas no dejan de temblar…es grande el fulgor de tu sonrisa.


Tu lengua, que trae erupción, de placer y deseo,
de filosos marfiles hundidos en mi
carne
 
. Atrevida…, que no tiene compasión alguna.
Siento el calor…mi cuerpo siente la dilatación de tus senos.
“Te tomo de tu cabellera…presagiando el final…me corro…tiemblo y suspiro. Siento tu orgasmo…, caemos fundidos sobre la cama”.

Ese denso olor a sudor...invade a las almohadas…Te tumbo sobre mi pecho…tu apoyas tus delicadas manos sobre mi vientre. Eros se apodera de mí.
“Afrodita, no descansa…suplica por mas colosales orgasmos…en la plenitud de su ser”.

“Eros abre sus alas…consumidos por gemidos que llegan al cielo”. Afrodita no descansa…aquellos besos. Que dejan perdidos a un mortal.
Eros abraza a Afrodita y en el bullicio de la tempestad del Kama Sutra se funden en el fuego de su propia pasión.

Ámame antes que el sol se oculte. Ámame en tus momentos de silencio. Ámame despacio como lo hace el tiempo.
Ámame fuera de lo cotidiano. Ámame como si nunca me hayas amado.

Los amaneceres de tus ojos. La flacidez de la piel de tus manos. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Que tus primaveras has olvidado.
Déjame volver a darte esa razón del por que vives para amarme.

“Sírveme aquella copa de vino que conspira con tu cuerpo.”
Déjame embriagarme con tus labios en la estrellada noche.
“Permíteme robarte tus sueños en la insensatez de tus besos”.





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