Persefone



Quizás estas palabras, o versos no conjugan lo que es su figura o esencia en que se basa lo que aquí esbozo. El fuerte aroma del sahumerio invade mi estudio. Un violín llorando acompañado por un piano que le devuelve tal melancolía. La copa de vino que toma su fuerza, perdón por el arrebatamiento y cólera de inspiración. El poema se convierte en mujer, y esta en mi dulce compañía. El viento que susurra por el orificio de mi ventana, no me inmuto, sigo…y aquí sigue las palabras un tributo a su tiempo, comprensión y espera. 
A Sara Diana Valdovinos


Capitulo uno:
Lumbre, dame un poco de tu fuerza. Luna, ilumina su torso desnudo, déjame un sendero para que mis dedos lleguen a puerto. Fundido en su abrazo, dejo caer lágrimas, mientras el tiempo nos presiona. Y llega el adiós, no me olvides, quizás y pronto, y un quien sabe, desnudos esperando el amanecer…para fundirnos en el manto del placer.
Capitulo dos:
Las heridas las satura el tiempo. Mi ansiedad, su cuerpo, su voz, su esencia. Y los sueños más intensos…vuelven a mí. Rompo el silencio, rompo la rutina de las palabras usadas. Rompo lo que me sostiene de sus manos. Y despierto entre sus sueños más extraños.
Capitulo tres:
Conjugo mis ideas, contra tus deseos. Busco un punto flaco en el hueco de tu corazón. Me aferro en mi soledad con las promesas de besos. Camino solo, lloro, rio y te contemplo sobre mis sabanas. Y esa sed de amarte cada mañana…aferrado a tus brazos.
Capitulo cuatro:
Yacen en el piso un conjunto de escritos, manchas de vino, aromas de sudor…gemidos que nunca existieron, esperanzas que se fundieron al amanecer. Yacen en mis manos tu cabellera…tu frágil rostro…yacen en ti la dulzura de mi alma.
Capitulo cinco:
Las estrellas iluminan mi camino. Mis heridas siguen abiertas. El gris otoño que se impone en lo largo del sendero. Busco repetidas veces su rostro en mi recuerdo. El horizonte se oculta…el frio que golpea mi cuerpo. Y lloro en mi silencio, la veo reír. Dejemos que el tiempo nos cubra…y la lluvia nos sorprenda en nuestro lecho.


Capitulo seis:
Corro desesperado por las dudas de su corazón. Sus heridas me claman amor. Reposo mis besos sobre su espalda. El agitado respirar de mi cuerpo, sus ojos me dan la calma que necesito. Giramos y giramos mientras las estrellas nos observan.
Capitulo siete:
Dime la razón de este querer. Dime sin lidiar con las palabras. Dime que son… dime del por que tus labios a los míos le dan sabor.
Capitulo ocho:
No me dejes en las dudas de tu ser. Cúbreme con tus brazos, hasta romper con mis temores. Déjeme volar…oriénteme hacia su corazón. Permíteme correr…junto a usted. Permíteme saber quien arrebato los besos olvidados de su ser.
Capitulo nueve:
La noche toca mi puerta, me acorrala con recuerdos impregnados en la ciudad. Y el llanto que se hecha a correr en mi rostro por su ausencia. Mientras usted se pierde…más allá de los principios de este amor.
Capitulo diez:
La tarde gris enoja a tu corazón. Mientras sobrevivo cargando mis heridas. Y tu silencio, ese muro de recuerdos que se cruzan en mi camino. Creo en tu libertad, cuyas manos la poseen. Junto a usted…desaparecen lo que mas me atormenta…lo que mas me intriga…lo que uno olvida después de una noche de pasión.
Capitulo Once:
Es posible que me dejes; sin aliento, sin duda, sin pena, sin llanto, sin recuerdos, sin heridas, sin ¿saber del porque? Pero sin duda, pena, aliento, llantos, recuerdos, heridas… soy solo lo que fui antes de llegar a ti.
Capitulo doce:
Te daría mis heridas para que estas puedan sanar. Te daría el amanecer que deseas ante tus ojos. Te daría, las estrellas, y el sendero sin espinas… si tú me dieras el calor de tu mirada.
Capitulo trece:
Partiré mientras en sueño te encuentres. Dejare en tu corazón las alegrías de cada mañana, forjado con nuestras manos. Borrare de tus labios la ilusión que dejaron los míos. Y el sol, que te traerá el amor que tanto has querido. Bajo el fantasma de mis actos.
Capitulo catorce:
La humedad que cubre mi cuarto. Las agudas notas de una canción melancólica. Y mis ideas que comprometen su imaginación. Me fundo en su atrayente mirada…si cual deseo sea de nuestro propio destino.
Capitulo quince:
Tengo que olvidar lo que el amor nos ofreció. Debo admitir que su cuerpo me robo los años. Quizás la duda de la ilusión de las palabras, esa desolación de nuestro adiós. Abrazado…tiemblo a su cuerpo. Ya me olvidaras…al despertar.
Capitulo dieciséis:
La cicatriz de tu cuerpo, yacen las esperanzas de dar vida. Con la angustia de tu ser…las tinieblas en tu camino, sin poder escapar del dolor. Presas en las alas de este amor, cierras tus ojos tratando de comprender este dolor. Esa sed de poder volver a amar…la esperanza y sueños presos en tu soledad.
Capitulo diecisiete:
Mis manos destierran caricias de su cuerpo. Toma camino…se despliega por sus caderas. Fluyen besos…que quitan el aliento. Y quedo dormido sobre su pecho.
Capitulo diez ocho:
Las heridas nos enseñan a vivir. Los besos a saber el sabor de la pasión. Mientras las caricias nos desafían a sentirlos a flor de piel. Buscando a quien culpar los errores de este amor.
Capitulo diecinueve:
En la hoguera de la pasión, conviven nuestros sueños. Observadas por las estrellas en la distancia. Con la felicidad del roce de nuestra piel. Consumidos en besos y ríos de dolor. Y ese fuego eterno entre los dos…que un día dejo de lado el rencor.
Capitulo veinte:
Lejos del rio, busco tu mirada, queriendo reír en mi soledad. Y mi corazón que jamás te olvidara, y al final la ilusión de este amor…que viajo con mi dolor y soledad. Tu, aquí…suspirando, esperando que llegue a sanar mis heridas.
Capitulo veintiuno:
Cuéntame, susúrrame al oído. Intimídame en la noche con tus ojos…iluminado por la luna. Bésame en mis sueños, mientras estemos a oscuras. Y que los fantasmas del pasado no se enteren lo que ya he llorado por ti.
Capitulo veintidós:
Enciendo estrellas para buscar tus pasos. Y no hallo más que la soledad que habita en tu cuarto. Y caigo en la locura de tu propia razón. En el sonido que construye los recuerdos. En laberintos con Dioses sollozando. Y despierto en el ocaso de tus imponentes ojos.
Capitulo veintitrés:
Se declararon la guerra nuestras caricias, besos, orgullo, rencor, su aroma de mujer. Las miradas, el deseo…los dedos desgastados por las noches consumida por la pasión. Están en guerra…los gemidos, las palabras que nunca existieron.
Capitulo veinticuatros:
En su vientre reposa mis manos. La tenue luz que nos cubre. Mientras su piel se herriza con mis caricias. Intensa es la lucha, los gemidos escondidos estallan como una estrella en el espacio. Caemos fundidos en el más hermoso romance de la fría noche.
Capitulo veinticinco:
Nadie puede imaginar la simbiosis de este querer… y la ilusión que fluye, junto a su matiz. Cuando la larga noche no tiene tregua. Busco tu aroma perdido entre mis sabanas. Diosa de mis desvelos. ¿Qué ha hecho con mis recuerdos? ¡Déjame una respuesta, a la cual yo acudir! Deme esa fuerza de su voz, esa degradación de su color. Diosa de mis desvelos, aférreme a su pecho sin condición.
Capitulo veintiséis:
Sol, rey mio… ¿Qué buscas en mi ventana? Quizás  tu visita me llena gozo. Rey sol..., dime ¿Cómo puedo conquistar su pasión? Rey sol…, llévame junto a ella..., sentir su calor…y no me acuse al querer saciar mi pasión con sus labios.
Capitulo veintisiete:
El carmín de sus labios se aferra a mi pecho. Sus pies ya están fríos…la luna nos convoca con su luz. Ciegamente…mi corazón desafía a la pasión de su ser. Y en la oscuridad de la noche, luciérnagas iluminan nuestros cuerpos ya gastados y desnudos. Mientras un manto de estrellas se impone ante nuestros ojos.
Capitulo veintiocho:
El latido de su pecho retumba en mi estudio. Sentados estamos, frente a frente, esperando la reacción de nuestros labios. La ansiedad que nos corroe las venas, la duda que habite en nuestras mentes. Y ese silencio….ese que nos deja sin aliento esperando al deseo tomar una decisión más que oportuna.

Capitulo veintinueve:
En tu mano se depositan mi ilusión. Iremos despacio…calma tu fuego. Acudes a mis gritos, eres suave, enciendes mi alma. Mientras nos revolcamos…observo tus marcas. ¿Cuántos años has amado? Y sentir lo que ya has olvidado. Convirtiéndome en mi sueños el bálsamo de mis tristezas. Y el claro cielo nos abraza.
Capitulo treinta:
Acabando con la razón, ese misterio de tus besos que dan contradicción. Tus palabras que conjugan el amor. Tu alma…una postal de luz. Creo ver tu desnudes. Consumido en lo que dejas en mí. Tu llama que arde sobre mi piel. Y tú no estas…que será de este deseo que dejas en mí.
Capitulo treinta y uno:
Suspiro…observo el cielo en mi silencio. Ese amar tuyo que nos dejo..., ningún dudar alguno. Suspiro y busco tu mirar en lo profundo de mis recuerdos. Sin que tu alma sepa de este pecado de amarte en mí silencio.
Capitulo treinta y dos:
El amanecer que reposa sobre tus caderas. La soledad de tu ser… que cubre mi habitación. Quiero volver a besarla, contarle a la noche mis plegarias. Y despertar aquello que dejo apagado en mí.
Capitulo treinta y tres:
No te niego entregarte el cielo, las estrellas, la brisa que golpea tu rostro. La luna, mis besos, la pasión, ilusiones perdidas. Recuerdos que arrancan lágrimas. No te niego mis miedos, angustias…no te negare mis celos cuando alguien desea arrebatamiento su corazón de cristal.
Capitulo treinta y cuatro:
La embustera que despejo mis cuestionamientos…me dejo sin nada, mas solo recuerdo de su amor. Amanecí a oscuras sobre tus brazos. Esa pesadilla de creer en el para siempre. Buscándote aun así en los pasillos de mis recuerdos.
Capitulo treinta y cinco:
Los recuerdos son la piedra que cargamos en nuestras espaldas. El amor tan solo deja fisuras en el alma. Mientras golpeamos nuestros pechos…para poder soportar el dolor. Cuando en la esquina de nuestra soledad dejamos a la esperanza en el olvido.
Capitulo treinta y seis:
Como sano tus heridas abiertas dejadas por los años. ¿Cómo comparto con el silencio la idea de poder amarte? ¿Cómo se cuanto debo escalar en tus pensamientos para llevarte con tus deseos? ¿Como sabré si el amor nos desea arrebatar lo que hoy ya esta escrito? Como…
Capitulo treinta y siete:
Llevo una espina clavada en mi pecho, mientras el susurro de los recuerdos me transportan con sus imágenes a tu querer. Y caigo en llanto, arrodillado, suplicando al olvido el destierro del amor que siento por ti.
Capitulo treinta y ocho:
Denominadas palabras compuestas, entre buscadas, demasiados temores, sensaciones, pasiones, caricias. Demasiadas dudas para aceptar lo divino de este sentimiento, demasiado tiempo lleva el corazón tratando de entender lo que sucede entre nosotros.
Capitulo treinta y nueve:
¿Qué buscamos en nuestro silencio? ¿Qué desea el corazón de nuestros cuerpos? ¿Por qué, este sentimiento, carcomiéndome en la ansiedad de gritarlo? ¿Por qué?
Capitulo cuarenta:
No puedo evitar gesticular y temblar ante tu presencia. No puedo disimular que muero por arrebatarte algunos besos. No comprendo el arribo de tu risa y suspiro ante mis humildes caricias. No entiendo porque el tiempo consumió sus botellas en tu compañía.
Capitulo cuarenta y uno:
Las hojas se desmayan ante tu camino, el frio que quiebra tus labios. Te abrazo, se me eriza la piel. Te regalo un beso apasionado, tu la vida que me destierra.
Capitulo cuarenta y dos:
Caigo rendido en tu alcoba, observo tus ojos destellantes en la oscuridad. Consumido por tus caricias me entrego a un te quiero y abrazos. Como no olvidar tus caricias en la larga noche de frio.
Capitulo cuarenta y tres:
Tengo cadenas que me detienen ante tu presencia. Gritos de pasión que lo consumen en los nudos de garganta. Lagrimas que se convierte en arena. Suspiros que causan pellizcos en el corazón. Y la pérdida en la frecuencia baja de los oídos.
Capitulo cuarenta y cuatro:
Un pequeño sentimiento crece dentro mio. Plasmado de grito. Una orquídea en el olvido, una sabana con perfume de pasión, y el hueco de mi ser, quebrada en la noche, por la duda de saber si realmente te deseo.


Capitulo cuarenta y cinco:
Eres la paz de mis días, la ansiedad en mis noches de pasión, eres el abrazo necesario para el dolor, la chispa de alegría de mi corazón. Eres fugaz, sublime y rebelde, eres todo lo que la noche alguna vez me quito.
Capitulo cuarenta y seis:
Consumido por la noche, busco entre mis hojas un conjunto de palabras para definirte. Y tan solo encuentro la verdad de las mismas, sin rodeos, solo encuentro que te siento sin definición ni palabra mas justa.
Capitulo cuarenta y siete:
Tantas cosas no llego a entender que esta ahí dentro tuyo. Lo innegable de tu alma espiritual, lo inconfundible del saber amar. No puedo ignorar este sentir, de tu amar. Te busco en mis noches, imploro al cielo un llamado a mi ser. Suspiro en lo profundo de la oscura noche y duermo bajo los recuerdos que dejaste en mí.
Capitulo cuarenta y ocho:
Canto tu nombre, busco abrir las puertas de tu paraíso. Y expongo ante tus ojos mis sentimientos más profundos. Esperando de tu silencio el apocalipsis de tu respuesta. El tiempo es el ahora de nuestros besos, con los errores, aceptando que muerto estaré, me acordare siempre de tu corazón, recordare siempre, que nos fundimos bajo el cielo. Danza ante mis ojos que los dioses te admiran en su silencio…danzas…danzas para el hombre que cuida tus sueños.
Capitulo cuarenta y nueve:
Tu mujer…eres la que me llenas de gozo. Tu mujer…eres mi poema más bello, mi musa. Tu diosa que visita mi inframundo…tu mujer en quien habita mis temores...tu mujer.

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