La ilusión del Loto







La brisa desmaya ante su nívea piel, en los senderos de su silencio las hojas ya marchitas descansan ante sus pies. Ni la duda lleva asombro alguno ante tanta magnificencia de mujer. La luna ya deja en el olvido los celos de un deseo absurdo, mientras las estrellas iluminan su alegría intangible de ninfa.

Quisiera habitar en sus pensamientos más oscuros, en su risa agonizante que se desvanece en el espacio del tiempo. Mientras en mis manos el tiempo desgarra mi alma, y ya los ojos marchitos por buscarla en la soledad de mis días. Sin embargo, me aferro en los instantes que su alma sembró en la mía.

La habitación solo habita los recuerdos, tus pasos, tu aroma descansando en la almohada, tu fotografía consumida por los años, la hoguera de tus besos en mi alma. Mientras te busco en cada instante, en cada huella, en cada sonido que el piano canto tu canción. Y abrazo todo aquello que me has dado en la oscura noche de un deseo desvelado.

Ya no existe expresión alguna, sonido ni canto, ya no existe pintura, cuadro o representación, ya no existen ánforas que marquen la silueta de tu cuerpo, ya no existen manos, caricias ni besos, ya no existen deseo ni calumnia para tus besos, tan solo un montón de rimas tontas que se pierden con el tiempo.

Ella danza en adornos florales de primavera, cautivante como la una lluvia de enero, intrigante como su risa picara que se desvanece en el momento oportuno del deseo. Ella es adoración de mis palabras en mi silencio más perturbador.

¿Cómo haría una palabra para cautivarte en su andar?
¿Cómo lograrían mis manos acariciarte entre la muchedumbre de mezquinos?
¿Cómo desmantelaría a otros ojos que caen a tu acecho?
¿Cómo sería yo, si tu risa no hubiera cautivado a mis ojos?

Mis manos duermen es tu espalda desnuda, mientras tu respirar marca los pasos junto al mío. Te pierdo en mis pensamientos mientras tus palabras abrazan a mi ser. Mientras caigo en el sueño eterno de amarte llegada el anochecer.
Oculto mis deseos en las miradas perdidas, en habitaciones ventiladas. Oculto mi palabra en el dorso desnudo de tu cuerpo, en tus labios que arrinconan a los míos. Oculto mis anhelos en tus manos de papel, en cada caricia inexistente, en cada pensamiento distante, en cada anhelo en verte ante mis ojos.

Buscare en tu risa, la calma de tus labios da, en tus manos, la quietud de los abrazos en los días de frío. Buscare en tus sueños la manera de poder guardarlos sin que se desaparezcan con el tiempo. Buscare la manera de que este tu alma junto a la mía en la distancia entre tu cielo y el mío.


Te espero en la soledad , con los muebles abatidos por la espera de que estés ahí, te esperare mientras mis ojos se entretengan con fotografías oscuras de pasados olvidados. Mientras la culpa busque el error de mis actos, de cada cena en mesa para dos, en cada porción de espacio de dos que habita un alma desconsolada, que culpa tendrá la mentira para hacerlos felices, mientras te espero en cada segundo que cae la noche.



 No puedo negar que los murmullos del viento llevan mi verdad de palabras, que mi alegría posan ante tus ojos, no puedo dejarte de ver y buscarte en mapas que no poseen colores en el espacio de tu luz divina. No puedo dejar de aprender en el tedio de tus palabras, no puedo negarte que los versos sin palabras reafirman mis sentimientos, este nacer de mis manos que los dioses desean arrebatarme, no puedo negarte que yaces en mis pensamientos en el firmamento de tu alegría.


De que sirve arañar y dar golpes a los deseos del ser?. 
Mientras que el tiempo nos desgarra a carne viva los recuerdos que nos generan preguntas sin sentido.
De que sirve culminar sueños si tus manos no se entrelazan juntos a los míos?
De que sirven las palabras cuando la indiferencia pone su gracia ante nuestro ser.


Construí un mundo paralelo de dioses que comentan de tu existir, de sueños inalcanzables, con paredones con huella de tu nombre. Y en bosques que florecen tesoros de ti. Buscando en la demora, me aferro con rabia de los celos ante tus ojos, y la lagrima asesina desgarra al alma mas simple de aquello vivo, con miedo a perderte en la conciencia de mis sueños.


La lluvia abraza nuestros cuerpos, y no se si son el fulgor de tu mirada que esconde la verdad, ese dejarse ver en los días grises. Me cuelgo de tu ser disfrutando del paisaje de los lunares que habitan en tu cuerpo, perdiéndome, buscándote entre los humos del mis inciensos. mientras el viento susurrándome donde encontrarte, en los ayeres del tiempo.


Abrazaría tus anhelos mientras tus miedos se escabullan,
Abrazaría tus días tristes para que este se ilumine con tu esencia pura.
Te abrazaría mas de una vez, aunque las dudas habiten entre nuestras almas.


Amarte en el silencio, guardando los deseos mas sublimes en la soledad.
Amarte en momentos oportunos de celos, en días que solo el temor de perderte se encamina a mi vida.
Amarte en la profundidad de mis sueños, y fundirme en la luz de tus ojos.


Diez días fueron suficientes para que la ilusión se desprenda de mis palabras. Un silencio con palabras gastadas habitando en mi alma, buscándote en los mas inhóspito de mis pensamientos, mientras la lumbre te descubre cada mañana en los espectros de la soledad.


Que atrevimiento las de mis manos en descubrir tus lunares, viajar en constelaciones diferentes de tu embocadura, que dichoso mi silencio al guardar mis deseos ente tus ojos. Cuando los oídos sordos de día desprenden verdades en las pupilas. Que melancolía que palabras existen en las mías, en la lejanía de tus deseos.


Guardo rencor en las noches de insomnio, perturbando a mis pensamientos por no existir en los tuyos. Llevo un deseo descabellado de abrazarte en mi caminar y fundirme en tus brazos, Duermo con un ojo despierto por si te apareces en mi realidad oscura. Te pienso en momentos inoportunos que no existen en los tuyos.


Agito mis ideas frente a tu alma, fabrico castillos de palabras que los quiebran solo la firmeza del bambú. Agito mi cabeza en momentos de ideas absurdas, cuando tu risa me cautiva en causalidades distintas. Cuando la luna se esconde para dejarlos con noche a oscuras.


Tu me das la fuerzas a mis labios para darte palabra. Tu me das deseos cuando los míos duermen en su lecho de olvido. Tu me das la abrumadora conspiración antes tus besos. Tu me das un soplo de vida a mi austera vida. Tu eres mi complemento, mi sed, mi encarnación.













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